Cuando enfrentamos procesos difíciles, es fácil sentir que todo está tardando más de lo que debería. Pero a veces, en esa espera, suceden cosas que no alcanzamos a ver hasta que el tiempo las revela. Esta semana, reviví una experiencia que me enseñó lo valioso que puede ser esperar. Si estás pasando por algo similar, quizá esta historia sea para ti. Ten calma. Dios es fiel.

Este 2024, experimenté lo que significa tomar un riesgo real, uno que lo cambió todo: dejar atrás la seguridad de un empleo estable para emprender al 100%. Con una mezcla de certeza espiritual y una mente llena de ansiedad, di el salto que sabía que Dios había trazado para mí.

En este post, te comparto lo que aprendí sobre tomar riesgos, cómo la fe jugó un papel crucial, y por qué, aunque a veces parezca aterrador, siempre vale la pena no quedarse con las ganas. Tal vez este 2025 sea tu año para atreverte.